El excelente artículo del Dr. Minahk me releva de hacer un repaso de lo que es una carrera de doctorado, pudiéndome concentrar en algunos puntos que me gustarían discutir o profundizar.
El primer punto es el tema de investigación. Idealmente, debería ser el resultado de la motivación del doctorando, surgida luego de su exposición, durante el desarrollo de su carrera, a las diferentes áreas del conocimiento y en una discusión con su potencial director/a para darle la forma final. En la actualidad esto no siempre es posible, dados los requerimientos económicos, de materiales y de conocimientos muchas veces imprescindibles para poder comenzar con temas complejos y que no están directamente disponibles para un recién graduado/a. En estos casos, sería bueno que el o la doctorando haya comenzado a trabajar en alguno de estos laboratorios o proyectos como estudiante, pasante, ayudante de investigación o cátedra u otra variante, que le permita empaparse de los temas que se desarrollan, conocer a su potencial director/a, compañeros/as y colegas. De esta manera, podrá tener una transición suave desde su vida de estudiante de grado hacia la de posgrado, sin sorpresas o loterías de por medio, al incorporarse a ambientes de trabajo totalmente desconocidos. Existen muchos casos en la actualidad en la que las/los doctorandos/as se incorporan directamente en un grupo de trabajo con un tema y plan de investigación ya preconcebidos dentro de un esquema mayor, insertándose como un engranaje más de un proyecto de investigación en curso. Esto no es necesariamente malo, ya que hay muchos ejemplos exitosos, pero puede eventualmente llevar a frustraciones o fracasos para el/la doctorando/a que no puede seguir desarrollándose independientemente del grupo y/o del director/a que verá frustrada la carrera de su dirigido/a.
El segundo punto se refiere a las posibilidades de desarrollo que puede tener el tema de doctorado. Esto puede tener una relación inversa con lo expuesto en el párrafo anterior. ¿Qué pasa cuando termina su tesis?. La concreción de un doctorado implica el desarrollo intelectual de un tema original así como la adquisición de herramientas prácticas, cognitivas y de habilidades de pensamiento crítico, para resolver una serie de hipótesis. Probablemente es más fácil hacerlo dentro de un proyecto mayor, con una serie de líneas de investigación ya delineadas y convergentes, con fondos disponibles y técnicas ya puestas a punto. En el caso de líneas propias propuestas por el/la candidato/a, el camino puede ser bastante más complicado, tanto para obtener los fondos, como para diseñar un plan de trabajo desde el principio e incluso convencer al director/a de la viabilidad de la propuesta. Al mismo tiempo, también resultará mucho más desafiante y riesgoso. Es necesario tener en cuenta asimismo que la complejidad metodológica y/o tecnológica, no es un requisito necesario ni suficiente para el desarrollo de una ciencia de buen nivel. Nuevamente, el conocimiento previo personal, puede ser importante para el “éxito” en cualquiera de estas situaciones.
El tercer punto es el de la perspectiva futura (léase post-tesis) [si, ¡existe vida después de terminar la tesis!] de las/ los tesistas. Ya sea que se hayan desarrollado con un tema “propio”, o con un tema dentro de un grupo de trabajo (prefiero no entrar aquí en la discusión si el tema de trabajo es del director o del tesista), es importante que la consecución de la tesis les haya dejado una serie de habilidades, pero sobre todo perspectivas de investigación que les permitan continuar desarrollándose independientemente. Esto puede significar tanto dentro del grupo de trabajo original, como fuera si debiera/decidiera/tuviera que continuar en un lugar diferente del original. Muchas veces, desarrollarse dentro de un grupo muy estructurado y/o tema muy específico, puede llevar a una división del trabajo y especialización tal, que solo se puede funcionar dentro de ese ámbito de cooperación y disponibilidad de medios, a costa de su propia creatividad e independencia intelectual.
Por eso, creo que lo que no se debe perder nunca de vista es que las tesis doctorales son, en definitiva, periodos de formación únicos para el/la tesista. Además de los desafíos (intelectuales y prácticos) que le pueden llevar a aprender las formas de trabajar en ciencia, a fin de realizar aportes novedosos al conocimiento, tendrá una maduración importante en muchos aspectos: organización de tareas, trabajo bajo presión (ni siquiera mencioné hasta aquí publicaciones, informes ni presentaciones a congreso), colaboración y trabajo en equipo, manejo del estrés, etc. Cuando termine su tesis habrá adquirido (o debería tener) una serie de herramientas que le permitan trabajar independientemente en la resolución de problemas. Y a esto no me refiero solo a los temas específicos de su tesis. En las sociedades actuales, y no solo en Argentina, muchos/as doctores/as no tienen la posibilidad de seguir trabajando en el tema o lugar donde desarrolló sus estudios. Por eso, es importante la perspectiva con la que encaran sus estudios. Las tesis no se hacen en el vacío. Siempre están de alguna manera, intelectual o práctica, relacionadas con la sociedad en la que se desarrolla. La mayoría de tesistas seguramente desearían poder seguir sus investigaciones dentro del grupo de trabajo, o universidad donde se formaron o por lo menos dentro del sistema científico. Pero, y ¿si esto no es posible? ¿No deberíamos directores y tesistas pensar en conjunto, al proponer el tema de investigación, las posibles alternativas de trabajo fuera del ámbito académico? Quizás esta discusión temprana podría ahorrar muchas frustraciones futuras.
En el año 2011 se publicó en la revista Nature una serie de artículos y comentarios sobre el futuro de los doctorados. En los mismos se analizaron diversos aspectos de los posgrados en Europa, Asia y Estados Unidos, que reflejan problemas también presentes en nuestro sistema, como la estructura de los doctorados, la hiper-especialización y las posibilidades de empleo de los graduados, que quizás valdría la pena leer. Uno de estos artículos, que me pareció desafiante (Taylor, M. C. 2011. Nature 472:261), sostiene que los programas de doctorado reflejan “un modelo definido en las universidades europeas durante la edad media, en el cual la educación es un proceso de clonado que entrena a los estudiantes para hacer lo mismo que sus directores”. Más adelante, se refiere a lo que se considera uno de los problemas estructurales: “La pericia (expertise), por supuesto, es esencial para el avance del conocimiento y para la sociedad. Pero en demasiados casos, la especialización ha llevado a áreas de investigación tan limitadas que solo interesan a otras personas que trabajan en los mismos campos, subcampos o sub-subcampos. Muchos investigadores luchan por poder hablar con colegas en el mismo departamento, y la comunicación entre departamentos y disciplinas puede ser imposible”.
En ese sentido, el Doctorado en Biología de la U.N.T., creado en 1996, con la participación de 5 facultades y tres institutos dependientes del CONICET, fue pionero en el intento de integrar diferentes especialidades para la facilitar la realización de tesis con bases multidisciplinarias o entre las fronteras de las especialidades existentes. Si se lo logró o no, ya es motivo de otro análisis.
Me parece importante como reflexión final, que creo que cada tesista es una persona diferente con cualidades únicas y todo lo que dije antes puede o no tener sentido según quién lo lea. Pienso que la realización de una tesis doctoral es una experiencia (aventura, si se quiere) absolutamente personal. Nada asegura el éxito ni condena al fracaso: ni grupos muy renombrados, ni directores famosos, ni laboratorios súper equipados, ni subsidios importantes. Será la curiosidad, la motivación, la dedicación, la paciencia, las ganas de aprender del/a doctorando/a, lo que haga la diferencia. A pesar de las presiones (que las hay y muchas), hay que recordar que el hacer una carrera doctoral es una oportunidad única, a la que no toda la sociedad tiene acceso y no hay que perder el objetivo por el que se inició este camino de aprendizaje. Si no, seguramente hay cosas mucho más redituables económicamente a las que dedicarse.