Cuando se evaluó la dinámica de la freática en vegas con uso antrópico y vegas donde predominan los herbívoros silvestres (Capítulo 2), se encontró que no hay diferencias marcadas en esta variable. Es probable que exista una selección no azarosa de vegas para uso antrópico, lo cual, combinado con técnicas de manejo, tales como la construcción de canales para aumentar la superficie de forraje, favorecen la estabilidad de estos sistemas. Adicionalmente, se caracterizó la vegetación presente en las vegas en base a las características de la freática y variables fisicoquímicas (Capítulo 3), existiendo una asociación entre estas. La composición vegetal además depende de otras variables, como la altura, ubicación, selección por pastoreo, consumo humano, quema, entre otros.
La disponibilidad permanente de agua en estos humedales permite una elevada productividad durante todo el año, que contrasta con la de los ambientes circundantes. Razón por la cual son el soporte de la vida y la actividad ganadera de la zona. En este trabajo se cuantificó la productividad (usando como proxy el NDVI calculado en base a imágenes MODIS) y se evaluó si existen diferencias entre vegas con uso antrópico y vegas con predominancia de herbívoros silvestres (Capítulo 4). Como proxy del uso antrópico se utilizó la accesibilidad, cuantificada como tiempo de traslado desde las vegas a los asentamientos humanos más cercanos, ya que asumimos que hay una dependencia casi exclusiva de provisión de agua. Se encontró que el uso antrópico no se relaciona con los valores de productividad ni con su estabilidad interanual. Incluso las tendencias del NDVI en el periodo de tiempo analizado (2001-2012) presentan predominancia de tendencias positivas en vegas con uso antrópico, en comparación con vegas inaccesibles. Esta situación puede estar asociada a la presión creciente por parte de herbívoros silvestres que reciben las vegas ubicadas en sitios remotos; y/o a prácticas de manejo en vegas con uso antrópico que pueden favorecen la estabilidad de la productividad de estos sistemas. Sumadas a una selección no azarosa de vegas, esto es, generalmente son utilizadas vegas que son estables en el tiempo. La productividad es clave, ya que cuando es alta, además de proveer forraje, contribuye a la acumulación de materia orgánica. Lo cual garantiza a largo plazo la estabilidad de las vegas. Esto ocurre siempre y cuando algunos factores como las tasas de descomposición, la temperatura y la estabilidad de la napa freática, no sea alterado en gran medida. A pesar de la existencia de una situación de recambio en la composición de herbívoros en la Puna Argentina, probablemente las consecuencias ecológicas de estos no sean tan drásticas para las vegas, al menos en términos de productividad e hidrología. Los mismos parecen ser más sensibles a variaciones climáticas extremas y a largo plazo que al uso ganadero, al menos con la intensidad con que es practicado actualmente en la Puna argentina y con una forma de uso respetuosa de su estabilidad.